miércoles, 1 de junio de 2011

De Madrid a Nicaragua

Mujer y madre, en Nicaragua



Tengo 18 años. Soy madre de un chavalo de tres. No conozco al papa, porque me violaron y  caí panzona. Ahora ando con un hombre, mayor, borracho....que cuando bebe, se enoja y me golpea.

Esta narración debería ser parte de un relato de ciencia ficción, pero es la realidad, que miles de mujeres y madres, padecen en Nicaragua.

De acuerdo con los últimos datos, se contabilizan 40 mujeres asesinadas, hasta la mitad del mes de mayo pasado, la mayoría a manos de sus parejas. De los asesinatos por violencia de género, el 63% de las agresiones se realizan en el hogar, y el porcentaje restante en la vía pública.
El cálculo de la frecuencia de delitos sexuales en estos primeros meses, es de 1,25 casos cada día. De esta cifra, por cada 100 mujeres violadas, al menos 5 terminan embarazadas, viéndose obligadas a ser madres, pues el aborto en todas sus formas, esta penalizado.
Un último dato, entre el 11% y 20% de las adolescentes embarazadas, son producto directo de una violación.

Todos estos datos, son un pequeño reflejo de lo duro que significa ser aquí mujer. En una sociedad imperantemente machista, sin apoyo legal, donde los maltratadores campan  a sus anchas, sin rendir cuentas, la mujer se ve obligada a padecer y vivir en un constante silencio, tan solo perturbado por el ruido de los golpes.
Sin amparo, bajo el rechazo social y familiar, se ven obligadas a seguir callando, aguantando innumerables palizas, un sin fin de humillaciones y desprecios.

Ser mujer y madre en Nicaragua, significa, aguantar, pero también luchar. Lucha diaria por sacar a los hijos adelante, luchar por hacerse un hueco, por demandar sus derechos.

Ser mujer y madre en Nicaragua, merece elogios, devolverles ese protagonismo robado, no solo la fecha del 30 de Mayo, el día de la madre, sino un  protagonismo diario.

Ser mujer y madre en Nicaragua, es trabajo duro; trabajo y esfuerzo que muchas mujeres, a lo largo y ancho del mundo, ejecutan con valentía, esfuerzo, dignidad y amor.

Por ellas,  por las madres y mujeres, que como la mía, luchan por alcanzar derechos y nos inculcan el valor de la independencia, quiero felicitarlas, porque sigan en la batalla diaria, lucha continua, libertad alcanzada.


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