CON ACENTO ESPAÑOL
La noche se presentaba movidita. Algo me hizo comprar en la tarde un bonito vestido y unos taconazos de vértigo. Avisé a Oswan-ponte guapo, que hoy toca lucirnos-.Llegué a su casa, no sin antes cagarme en los bonitos y espectaculares tacones, que me estaban dejando muerta y que me iban a dejar invalida para el resto de mis días. .
Salimos Oswan, Alan y la tremenda( o sea, yo), a tomarnos algo. Decidimos, vistas las caracteristicas de la vestimenta, ir a un sitio fresa (pijo). Entramos, y una vez dentro, nos dispusimos en la barra, a disfrutar de la barra libre de ron y cerveza..Una, dos, tres, cuatro...¡pero que rico entra!, así pasamos bebiendo un rato, hasta que cansados de la barra y de lo libre, nos fuimos a otro bar, que ya era tarde. Pero antes, parada obligatoria donde Doña Adela y sus quesillos, que sientan de vértigo a esas horitas...um..venga, uno, no, dos. Ya me acordaré mañana de los Kg extra.
En la nueva disco, el ambiente está al máximo. La misma operación, esos bonitos pero jodidos tacones me estaban matando, necesito sentarme. Pasamos un rato, hasta que decidimos irnos, mucho alcohol y cansancio a algunos( que no a mi), les estaba sentando mal. De camino a casa, oímos fiesta en el Hotel El Convento, uno de los mas bellos, hoteles, con un patio interior que quita el hipo. La música y alegría procedía de una boda, que por las dimensiones del hotel y el ruido, se presentaba interesante. Alan, estaba cansado, pero Oswan y yo, teniamos ganas de mas. Nos dirigiamos al Hotel con la incognita de si nos dejarian entrar, pero con lo monísimos que ibamos, ¿quien pensaria, que no somos del bodorrio?. El de seguridad nos miró de arriba a abajo, pero no sospechó nada, asique con un educado pasen y una bonita sonrisa mia, dimos comienzo a la boda.
Todo el jardín lucía de fiesta. Luces y velas, poblaban las esquinas y guiaban caminos, hacia sofás y mesas blancas diseminadas en cualquier rincón del jardín. En el medio, la fuente ,cambiaba de colores y el agua amenizaba la tranquilidad y elegancia de ese lugar. Debajo de las columnas de alrededor, lucían majestuosas mesas, con centros florales enormes, llenos de flores exóticas. Todo tenia un color dorado y beig, elegante y refinado. Derrepente, nos encontramos con los invitados. Todos lucían bien elegantes. Ellos de smoking, ellas con trajes de noche largo. Eran personan de buen porte, muy blancos para ser vulgares nicas; quizá de alta cuna, y de no menos plata. A medida que pasabamos entre ellos, nos miraban extrañados, pero nadie impedía nuestro paso.
Nos sentamos en una mesa, la mayoria de invitados andaban bailando y luciendo el poco ritmo que tenian. Entre los que bailaban, ahi estaba la novia, con un traje de infarto; sencillo, elegante, con cierto toque a traje flamenco...yo quiero uno igual, le digo a Oswan. A el le entra por un oido y le sale por el otro. Para no desgraciarlo, pido un ron.Nos lo sirven. Me levanto y luciendo pierna, me voy a bailar, mezclándome con la alta aristocracia nica. Mientras bailo, Oswan pide una botella de vino tinto...yo le miro sorprendida y preocupada, porque entre el dolor de pies y su pequeña embriaguez, me esperaba una llegada a casa interesante. Viendo que se iba a terminar el solo la botella, me decido ir a la mesa. En el camino hacia el y su vino, sin darme cuenta antes, atisbo una mesa cercana, enorme, llena de platos de comida. Mi estomago ya se deshizo de los quesillos de Doña Adela, por lo que un poco de comidita buena y gratis, no vendría mal. Cambio de dirección y ahora me olvido de Oswan y el vino, para hacerle casito a mi estomaguito. Cuando voy acercandome a la mesa, y puedo ver que es lo que me esperaba para comer, me voy dando cuenta, que la comida que hay sobre esa magnifica y elegante mesa, me es conocida, o por lo menos su aspecto me es facilmente reconocible.Mi cerebro, audaz y tenaz, se da cuenta que esa mesa contiene el mayor manjar para cualquier español que se precie....ese olor, su textura, sus betitas blancas y rojas, jugosas, diciendo, cómeme...frente a mi, me encontré rodeada de platos llenos de jamón ibérico. Ese jamón, que a ratos echo mas de menos que a mi madre...como se desaze, lo jugoso, lo oloroso...por Dios y por la virgen!!!!...habia encontrado el oro español. Junto a esos platos, habia queso cabrales, olivas...me desacia del gusto.
Empezé a comer, y me tele-transporte al infinitisimo cielo, y a la España mas cañi, de tapas y cañas. Que hermosura de sabor, de sensación, los pelos como escarpias a cada trocito que masticaba...a todo esto, Oswan seguia con su vino, sin entender porque derrepente tan contenta me hallaba. Yo le gritaba- jamón Oswan, jamón...viva España...pero el me miraba, como se miran a los locos, y me decia que me controlara y que regresara a la mesa, avergonzado del espectáculo que estaba protagonizando yo y mi jamón.
Antes de regresar a la mesa con Oswan, agarre un puño, dos y hasta tres, de ese mi oro, que la suerte me habia regalado...exagero si digo, que lo mejor que me pasó es eso, encontrarme con el, el jamón. Como si un amante se tratase, aparece de improviso, en la mejor hora de la noche, para dejarme con un buen sabor de boca.
Vivan los amantes, viva mi amante ibérico.
Hotel El convento
jajaja!!!!!!!yo esta noche ceno jamon del rico!!!jiji!!!un besito
ResponderEliminarmarina