martes, 11 de enero de 2011

Cronica salvadoreña VIII

El maldito sueño americano



En los telediarios aparecen numerosas veces. Salen en grupo, lejanos, impersonales. Con suerte, a veces detallan su vida o les hacen una breve entrevistas de algun minuto.Los espaldas mojadas o sin papeles que cruzan la frontera de Mexico, son algunos de los muchos inmigrantes, a que a lo largo y ancho de este controvertido, raro e injusto planeta, se juegan la vida por ese publicitario eslogan, del sueño americano.
En el deambular de mi viaje, y en la incesante tarea de conocer gente, de nuevo tuve la suerte de toparme y conocer a un espalda mojada. De primeras, lo ves como un salvadoreño de 45 años, flaco, negro, y simpatico. En seguida, te empieza a contar que subsiste de mala manera como electricista, pero que es un artista, que pinta cuadros, que esculpe en madera, pero que con todo eso y mas, le es imposible sacar adelante a su familia y que por tercera vez se va a aventurar a cruzar la frontera. Ya tiene el dinero y el coyote, que junto a otros ilegales de diversa procedencia, se atreverán al viaje mas duro de sus vidas, cruzar la frontera Mexico-EEUU.
En los viajes anteriores, la policia fronteriza le agarro, en su ultimo intento, ya andaba por Arizona, a punto de comenzar el ultimo tramo del viaje, que le llevaria a un trabajo de mecanico, ya concretado por un familiar. Tras ser arrestado, paso casi un mes, en unas instalaciones que tiene EEUU, en medio del desierto, donde los indocumentados pasan el tiempo, esperando poder recurrir o planeando su regreso a su pais. Durante este tiempo, esas instalaciones, donde viven recluidos, les parace un hotel de lujo: agua caliente, habitaciones privadas, Tv, gimnasio, tres comidas diarias...muchos permanecen alli mas tiempo del necesario, porque tienen unas comodidades, que jamas habian pensado tener y mucho menos en una prision.
El no aguanto mas de tres semanas, es un tiempo perdido, que prefiere invertir en planear y volver a concretar un nuevo intento.
Te relata que el viaje es largo, duro y muy intenso. Te adentras solo en un viaje, donde inviertes todas tus esperanzas. Son dias de contrastes y de condiciones al limite. Una parte la realizan en tren, en vagones donde centenares de inmigrantes, hacinados unos con otros, pasan 17 horas. Todos están de pie, niños, mujeres, hombres, aguantan, como pueden el calor durante esas 17 interminables horas. Las ganas de defecar las aguantan ingiriendo pastillas de estreñimiento, pero no las de orinar. Su remedio es beber agua poco a poco, para evitar la deshidratacion y evitar las molestias de los malos olores. Pero no todos lo controlan, los niños y mujeres son los que mas acusan las consecuencias de esos momentos. Tras superar esas 17 horas, quien sobrevive, tiene que enfrentarse a 5 dias a pie en el desierto de Atacama. Son 5 dias y 4 noches, sin apenas dormir, a paso ligero, para evitar el encuentro con la policia. El agua es en esos dias, el recurso mas mimado. Nadie conoce en esos dias, la palabra solidaridad. Si tu compañero de viaje, sea niños, mujer o anciano, se queda sin agua, está condenado a no recibir ayuda, ni auxilio, porque cederle a el, significa quedarte tu sin agua, sin destino, sin sueño americano. Algunos espaldas mojadas, se encuentran con policias, con mafias, que como hienas, quieren las migajas de la presa. Los hombres tienen la de perder, si no dan su dinero, se regresaran a su pais con una brutal paliza. En cambio las mujeres, pueden tener la suerte de cruzar, de seguir su camino, pero por supuesto a cambio de ser violadas pos uno, dos o mas cabrones que tras la fechoria, seguiran sin mas.
De todos los que empezaron, unos pocos llegan al final a cumplir su sueño americano. Otros muchos quedan como esqueletos en medio del desierto, violadas y ultrajadas de por vida, muertos por asfixia, secuestrados por mafias o de vuelta a su jodida realidad. Y lo mas sorprendente de todo, es que estos ultimos, aun habiendo sobrevivido al viaje, siguen intentandolo una y mil veces, porque su realidad supera con creces, el sufrimiento que este viaje y sociedad regala, para lograr el maldito sueño americano.
Me despedi de el, deseandole suerte en su nuevo viaje, que alcanzase su sueño, que fuese su ultima vez, en busca del maldito sueño americano.

1 comentario:

  1. Que experiencia¡¡¡

    Sigue escuchando y contándolo.

    Mayte.

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